Cuando la presión es más alta salen a flote los verdaderos talentos. A falta de un minuto para acabar el último partido de las finales, Jordan empata con dos tiros libres. En la siguiente jugada, Stockton clava uno de sus triples y deja en una posición muy delicada a los Bulls a falta de 42 segundos. Jordan responde colándose bajo el aro. Luego Stockton se la pasa a Malone casi en la zona... pero Jordan se la roba. Y el resto es historia. Un punto por debajo en el marcador, Jordan estira la posesión, corre hacia la zona, hace una finta mítica que deja a su defensor, Russell, en el suelo y anota la canasta que le da la victoria a los Chicago Bulls sobre los Utah Jazz en la final de la NBA de 1998. El último partido de Michael Jordan y un encuentro para recordar. Un momento histórico del deporte que pude vivir en directo (que no en vivo). No sigo mucho el deporte en general... pero I love this game.

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